Brecha salarial, techo de cristal y segregación horizontal, mayor dificultad de acceso a la formación y al empleo, mayor precariedad laboral y desempleo, explotación doméstica, imposibilidad de conciliación, violencia normalizada, acoso cotidiano, invisibilización, pobreza, discriminación, infantilización, negación, maltrato, control de nuestra sexualidad y nuestros derechos reproductivos...
Son tan numerosas, son tan variadas, son tan abrumantes las luchas que las mujeres tenemos que bregar diariamente por el simple hecho de ser mujeres que puede decirse que hasta la misma existencia en esta sociedad heteropatriarcal que nos explota y nos reprime es ya una victoria. Pero para nosotras esto no es suficiente. No nos llega con estar vivas, queremos vivir en una sociedad de iguales.