La guerra ha comenzado.
Lo que temían, lo que advirtieron, lo que no querían creer, pero lo que era inevitable, sucedió. Las élites gobernantes de Rusia y Ucrania, instigadas y provocadas por el capital mundial, ávidas de poder e infladas con miles de millones robados a los trabajadores, se luchan en una batalla mortal. Su sed de ganancias y dominación ahora paga con su sangre la gente común, como nosotros.