PRIMERO DE MAYO 2022 CNT-AIT GRANADA

Fecha: 
Domingo, Mayo 1, 2022 - 11:00
Ubicación Gmaps: 
Fuente de las Granadas
Fuente de las Granadas
Granada , GD
España
Granada ES

Este 1 de Mayo la CNT--AIT de Granada vuelve a salir a la calle para reivindicar el Día de l@s Trabajador@s como jornada de confraternización y conciencia, e impulso del anarcosindicalismo para luchar contra los numerosos y crecientes problemas que sufrimos como clase obrera.

 

A las 11 horas comenzamos una manifestación desde la Fuente de las Granadas, que señalará algunos conflictos laborales aún abiertos por nuestro sindicato. La marcha terminará en el Campo del Príncipe, iniciándose allí un mitin donde intervendrán trabajador@s con conflictos laborales, una compañera de Feminismos y una persona de CNT-AIT Granada para hablar sobre la situación actual. Se leerá el Manifiesto de este año. En este lugar también se pondrá mesas para la distribuidora con materiales como libros, camisetas, pegatinas, revistas, etc. Se habilitará un Espacio Infantil para aquell@s padres que lo necesiten. Se servirán bocadillos para comer y actuarán Títeres desde Abajo con un espectáculo de títeres y un concierto de Fulanita Letal.

 

Con estos actos, esperamos juntarn@s para reivindicar, concienciar y pasar un día de confraternización. Hay mucho de qué hablar y mucho por hacer.

 

 

MANIFIESTO DE LA CNT-AIT GRANADA PARA EL 1 DE MAYO 2022:

 

Trabajadoras y trabajadores de Granada:

 

Como cada Primero de Mayo, CNT-AIT de Granada sale a la calle para luchar por unas condiciones de vida mejores para los trabajadores y trabajadoras. En nuestra memoria, todas las personas que dieron su tiempo y su vida por la clase trabajadora.

 

Trabajadoras no son solo quienes tienen un empleo, sino también las paradas y parados, las mujeres que sobreviven con la prostitución, pensionistas, las cuidadoras sin retribución, migrantes, jóvenes que sienten que no hay futuro... En definitiva, trabajadoras somos todas las personas que tenemos que vender nuestro tiempo, nuestra fuerza de trabajo y nuestro intelecto solo para poder alquilar nuestro derecho a existir.

 

Y decimos alquilar porque así lo sentimos: nuestra clase no tiene el derecho a vivir, sino que debe salir cada día a crear riqueza para que los rentistas nos permitan vivir bajo un techo, poner comida en la mesa y encender la calefacción. Y este alquiler cada vez nos sale mas caro, cada vez nos cuesta más . Después de dos años de pandemia en los que los beneficios de las empresas se han puesto, como siempre, por encima de nuestra vida y de la salud de nuestra gente, ahora nos asfixia la subida de precios. No nos dejemos convencer por los medios de propaganda: esto no está causado por la guerra, sino que viene de mucho más atrás. Las crisis cíclicas son inevitables mientras la producción y el trabajo se organicen según los dogmas capitalistas. La inflación es el arma con el que consiguen que el precio de esas crisis lo paguemos las de siempre, las personas trabajadoras,

 

La inflación se ceba con todos los trabajadores pero, sobre todo, con las mujeres. La mayoría de los empleos a tiempo parcial los realizan mujeres. Las mujeres están al cargo de más del 80% de las familias con un solo adulto, y la mitad de ellas lleva desempleada más de dos años. También están excluidas del mercado laboral el 80% de las mujeres trans. Entre quienes ganan menos de 820€ al mes, el 64% son mujeres. La media de las pensiones de jubilación cobradas por mujeres es un tercio inferior a la de los hombres. Para todas estas mujeres, la más mínima subida en el precio de los productos básicos es un problema de supervivencia.

 

Las trabajadoras y trabajadores aguantamos la subida de precios, la ausencia de derechos, la falta total de protección ante despidos y desahucios, las monstruosas dificultades para acceder a una vivienda. Aguantamos a jefes explotadores y machistas. Aguantamos condiciones de trabajo esclavistas como las de las trabajadoras internas. Aguantamos sectores laborales donde las prácticas abusivas son habituales, condenando a generaciones enteras a la precariedad, como pasa en la hostelería, que es la única opción para la mayoría de las personas jóvenes en nuestra ciudad. Aguantamos a los rentistas ociosos que nos suben los alquileres simplemente por costumbre. Aguantamos porque necesitamos el salario para sobrevivir nosotras y nuestras familias, pero al aguantar sostenemos la desigualdad y condenamos a las siguientes generaciones a un destino igual o peor. Si no nos unimos y comenzamos a luchar en serio, los ciclos de crisis se seguirán sucediendo y los seguiremos pagando quienes no tenemos nada más que nuestras manos para trabajar.

 

Un mundo nuevo y mejor, en paz, donde todas tengamos la oportunidad de ser felices, no es solo posible: es necesario y urgente. Y solo las trabajadoras y trabajadores, que hemos creado toda la riqueza que existe, podemos realizarlo.