Vuelve la histeria electoral

Vuelve la histeria electoral. Como cada 4 años, nuestros queridos “representantes” se llenan la boca con promesas y compromisos al más estilo profético. Su cinismo no tiene límites: ellos, los “demócratas”, deben ser elegidos como nuestros protectores. Ellos, los privilegiados de grandes sueldos, los comprometidos con la banca, los lameculos de la troika, serán los que luchen por el bien común. Voto a voto, su confianza se refuerza y tras las proclamas victoriosas tenemos que esperar que solucionen nuestros problemas, los problemas de los desposeídos, de los olvidados, de los que día a día vivimos con nuestros humildes sueldos en un mundo que, lejos de sus opulentas mansiones, presenta problemas y dificultades cuya solución pasa por la abolición de sus privilegios.

¿Qué pasaría si decidiéramos no confiar en ellos, si apostáramos por solucionar codo a codo nuestros problemas? En realidad, no sería nada nuevo. Conquistas sociales tan importantes como la jornada laboral de 8 horas fueron fruto de largas huelgas, de la solidaridad entre trabajadores. Las luchas contra los desahucios o la sonada revuelta del barrio de Gamonal son dos ejemplos más de la eficacia de la movilización popular. Ni siquiera los “nuevos” partidos tienen capacidad para lograr lo que la unión de la gente logra. Véase Tsipras en Grecia o Ada Colau en Barcelona: cuando se accede a las instituciones, éstas te paralizan imposibilitando cualquier cambio real, ya que su complejidad está hecha a la medida del poder económico, el poder real. Es por eso que los libertarios apostamos, desde siempre, por la lucha y la participación en la resolución de nuestros problemas. Solo siendo fuertes y oponiéndonos a su “política” con nuestra política, la de las calles y los barrios, podemos lograr cambios que sean en el sentido del bien general.

Animamos, pues, a no confiar en las instituciones. A no dejar pasar ni una. Ante una problemática apostemos por el conflicto. Si no, ¿Quién pondrá freno a su avaricia?

¡Organicémonos! ¡Luchemos!