Semana Internacional contra el impago de salarios

Del 12 al 18 de Octubre

En  diciembre  de   2019,  la  Asociación  Internacional  de  Trabajadores   (AIT)  en  su  Congreso  en Melbourne, Australia, decidió promover una Semana Internacional contra los Salarios Impagados. Sus Secciones acordaron llevar a cabo actividades durante la tercera semana de octubre para llamar la atención sobre el fenómeno generalizado de los salarios impagados y las herramientas que tenemos para combatirlo. Y es que si los trabajadores y las trabajadoras vamos a trabajar es para que se nos pague, no para enriquecer voluntariamente a los empresarios.

Desafortunadamente,  vivimos  en  una  sociedad  donde  tenemos  que  trabajar  para  ganar  un  sueldo para sobrevivir. Necesitamos dinero para comida, vivienda, educación, salud, etc. Muy a menudo, los salarios  que  ganamos  son  insuficientes  para  cubrir  nuestras  necesidades  esenciales.  Por  lo  tanto, cuando no se nos paga por nuestro trabajo las consecuencias pueden ser dramáticas para nosotros y las personas que dependen de nosotros.

Durante  esta  semana  internacional  queremos  recordar  que  los  trabajadores  y  las  trabajadoras tenemos nuestras propias armas para defendernos de los empresarios.

Es muy habitual que la gente solo confíe en los tribunales para resolver los conflictos laborales. Las leyes difieren de un país a otro y, aunque es importante conocerlas, no podemos confiar en ellas. A menudo, no son suficientes para protegernos.

Imagina que trabajas sin contrato, ¿como demuestras que has trabajado para alguien y te tiene que
pagar?  Y  si  no  tienes  contrato  y  te  despiden,  ¿como  exiges  la  indemnización  y  la  prestación  por
desempleo si es que la ley te reconoce este derecho? Y cuando te obligan a hacer horas extras y no
las pagan, ¿a caso esto no es trabajar gratis? Y si en tu contrato pone que trabajas de peón pero en
realidad eres un experto operarios de maquinaria con alta cualificación ¿se te está pagando lo que
exige el convenio colectivo, si es que existe? Y si eres una mujer que cobra menos que un hombre
que hace el mismo trabajo ¿no es eso un impago parcial del salario? Y si estás acabando tus estudios
universitarios  y  estás  trabajando  como  becario  por  un  sueldo  muy  bajo  porque  en  teoría  estás
aprendiendo  pero  en  realidad  haces  el  mismo  trabajo  que  cualquier  otro  compañero  con  más
experiencia, ¿no te  están engañando?  Y si te pones enfermo  y no tienes derecho  a una paga por
enfermedad, ¿es culpa tuya? ¿no no necesitas el dinero? Y si te despiden cada año  en junio  y te
contratan de nuevo en septiembre ¿quien te paga a ti las vacaciones? Y si solo encuentras trabajos
temporales una semana cada 2 meses, ¿a caso tus hijos no comen cada día?

Y es que la ley no está hecha para protegernos, sino para ponerle las cosas fáciles a los empresarios. Ellos son los verdaderos promotores de las leyes, no los diputados de los parlamentos. Es por eso que nosotros no luchamos por lo que es legal sino por nuestros intereses. Y lo hacemos enfrentándonos directamente con quien nos ataca y nos trata como personas sin derechos.

Porque aún que la ley a veces nos dé la razón, la mayoría de veces no exigimos que se respeten
nuestros derechos porque nos sentimos solas y tenemos miedo de perderlo todo. Nos sentimos solos,  porque los Estados, con la ayuda de sindicatos controlados por partidos políticos, han logrado que los trabajadores  y  las  trabajadoras  no  confiemos  en  la  auto-organización  y  en  la  solidaridad  para defendernos.  Los  empresarios  prefieren  que  los  conflictos  laborales  se  solucionen  negociando  con representantes profesionales de los trabajadores porque saben que a los representantes se les puede comprar pero es imposible comprar a un grupo de trabajadoras y trabajadores que deciden en sus propias reuniones como luchar contra el patrón.

Si  queremos defender  nuestros intereses debemos socializar  la lucha para  que  toda  la  comunidad sepa  que  problemas  sufrimos  y  así  podamos  desarrollar  un  sentimiento  de  solidaridad  al  darnos cuenta que nuestros problemas son los mismos problemas de nuestros vecinos.

Los empresarios tienen que ver que cuando dejan de pagar a un trabajador o una trabajadora no se enfrentan a un individuo aislado, sino que se enfrentan a una comunidad solidaria dispuesta usar sus propias armas.

No podemos confiar en el diálogo con los empresarios para defendernos. Pues no debemos olvidar que a los empresarios solo les importa el dinero y la forma de luchar contra ellos es hacerles perder beneficios. ¿Y como le hacemos perder dinero a un empresario? Dejando de trabajar para él, dejando de  comprar  lo  que  vende  y  destruyendo  físicamente  la  infraestructura  que  les  permite  producir  y vender. En otras palabras: huelga, boicot y sabotaje. Estas son nuestras armas.

Pero no  nos engañemos, no luchamos un "salario  justo", porque el sistema salarial se  basa en la
explotación  y  la  obtención  de  beneficios.   Los  empresarios  te  contratan  porqué  te  necesitan  para
ganar dinero y siempre van a pagarte una pequeña parte de todo el dinero que tu trabajo les ha
hecho ganar.

La lucha diaria contra los salarios impagados es una respuesta directa a un problema inmediato. Aunque la consideramos una lucha defensiva, al mismo tiempo forma parte de nuestra lucha a largo plazo por un cambio profundo en la sociedad para impedir que unos vivan del trabajo de los otros. Y a este cambio radical de la sociedad le llamamos revolución social.

El  mundo  en  el  que  vivimos  está  lleno  de  sufrimiento  causado  por  las  desigualdades  sociales, económicas, raciales y de género. La economía capitalista está causando una crisis climática que está destruyendo el planeta. Esta es la realidad para miles de millones. Sin embargo, el problema no son un puñado de individuos codiciosos o malvados.  Por un lado, el problema es una economía basa de en los beneficios, y no en las necesidades de las comunidades: el capitalismo. Por otro lado, el problema son las jerarquías de todos los niveles de la vida social las que nos dividen artificialmente y son fuente de desigualdad y opresión. Y no debemos olvidar que el estado siempre ha sido un fiel aliado  del  capitalismo  y  que  nunca  será  un  instrumento  para  la  justicia  social,  aún  que  algunos socialistas crean que el estado nos traerá la igualdad y la libertad.

Si queremos un mundo diferente, tenemos que construir una nueva sociedad y una nueva economía centrada en las necesidades de las personas y no en las necesidades del capital. Y para vivir vidas felices y dignas y desarrollar nuestras capacidades, no necesitamos ni capitalismo ni estado.

Así es como lo vemos. Si lo ves de la misma manera, ponte en contacto con el grupo de la AIT más
cercano. Construyamos algo juntas. La lucha contra los salarios impagados es sólo una de las muchas
en las que participamos y ganamos gracias a la acción directa, la solidaridad y el apoyo mutuo.

El Secretariado Internacional.

Esta semana nos sumamos a la campaña internacional de la AIT contra el impago de salarios y el régimen salarial. Y para hacerlo vamos a darle caña con un piquete itinerante para visibilizar algunos de nuestros conflictos abiertos el viernes 16 a las 18:00. También en CEX nos tendrán frente a su puerta en solidaridad con las compas de CNT-AIT Barcelona.

¡Acude y Difunde!

CNT-AIT Granada