Conflicto con las zapaterías Patricia Villanueva
Hace ya dos meses que tenemos abierto un conflicto con las zapaterías Patricia Villanueva, que tiene 4 locales en Granada y otros tantos en Almería. Esta empresa se dedica a humillar a sus trabajadoras, a coaccionarlas a la hora de firmar documentos, a pagarlas por debajo de lo que les corresponde (ya que no les aplica convenio), a no remunerarles las vacaciones ni permitir que las disfruten, y por supuesto tampoco paga las horas extras. Por esto, algunas trabajadoras y extrabajadoras de estas zapaterías se han puesto en contacto con la CNT-AIT de Granada. Ya hemos hecho piquetes informativos a su puerta y las dueñas de este negocio se han puesto tan nerviosas que se han inventado denuncias falsas para intentar amedrentarnos; esto no es más que represión sindical, y vamos a seguir estando a pie de calle y a seguir informando a la ciudadanía de lo que pasa tras esos escaparates de bolsos y zapatos elegantes. Seguiremos en lucha hasta que le paguen lo que le deben a nuestra compañera Yésica.
Os dejamos por aquí un texto escrito por Yésica, para dejar más constancia aún si cabe del calvario que tienen que pasar las trabajadoras de Patricia Villanueva.:
Hoy, día 23/03/19 a las 3:18 de madrugada, escribo esta nota para que quede constancia de lo que yo, Yésica Márquez Rodríguez, tengo que decir sobre esta empresa (Patricia Villanueva). En primer lugar, me hace una entrevista Dolores Ríos Palacios (Loli, madre de Patricia Villanueva), diciéndome las condiciones de venta y que en nómina pone una cantidad, aunque, en realidad me pagan un poquito menos. Empiezo mi incorporación en la tienda de Puerta Real, tras leer un manual de instrucciones de la tienda.
Al mes siguiente de mi incorporación, una trabajadora, Nuria, se da de baja psicológica y me mandan a mí a la tienda de Recogidas en su puesto y me entregan las llaves de la tienda a la misma vez que empiezan a decir barbaridades de esta encargada: que no es buena, que solo hay que mirar las miradas que echa, que confían mucho en la gente y no son buenas, que era una persona aislada,... Etc. Por las mañanas yo trabajo con Loli, la madre de Patricia, y he tenido que aguantar humillaciones de todo tipo por parte de ella. Aquí paso a relatar algunas:
Por ejemplo, por decir a una clienta que no sé si habría un número 40 y que lo miraría en stock. Comprobé que no había número 40 y, en cuanto se fue la clienta, Loli me empezó a dar voces diciendo que cómo se me ocurre decir a una clienta que tiene el número 40 de pie, que no hay, y que con lo que he hecho era para coger mi abrigo y mi bolso e irme a la puta calle, que eso era para echarme.
En otra ocasión, en Navidad, me metí en el escaparate, porque siempre me metía yo, y me dijo que tenía más miedo a que se cayera su jarrón de Navidad, que a que me cayera yo…. Vamos, que le preocupaba más que se le rompiera el jarrón a que yo me estampara la cabeza contra el cristal del escaparate (cosa que ya que me pasó más de una vez).
Otro día, al pasar una manifestación por la calle Recogidas, Patricia y su hermano, Jesús, empezaron a decir “a todos esos los rociaba con gasolina y les prendía fuego, así como están”. Obviamente, en esta familia votantes de VOX (y no es porque yo me lo invente, si no que me lo han dicho ellos mismos).
En otra ocasión, unos clientes desarmaron la estantería de bandoleras de caballero y el hijo de Loli (hermano de Patricia), Jesús, me preguntó que qué me pasaba, que tenía mala cara; y yo subida en la escalera colocando las bandoleras, contesté que estaba molesta porque me habían desmontado el chiringuito (y porque sufro de vértigos y aún así me obligaban a desempeñar esta clase de tareas en altura) y seguidamente salió Loli del almacén mandándome a callar a la misma vez que me empujó (no caí de la escalera porque me agarré al mármol de la estantería); me decía “es que eres tonta, que hay clientes en la tienda”. Yo eso no lo sabía y hasta su hijo le pidió que se calmara porque era él mismo el que me lo había preguntado y que no sabía que había otros clientes.
En otra ocasión, un domingo también de Navidad, me hizo quedarme etiquetando zapatos hasta las 10 de la noche. Jesús se rió y me dijo “si esto es hasta para denunciarla”, como de broma. Loli ponía mal a todas mis compañeras diciéndome, por ejemplo, que mi compañera Blanca se inventaba los localizadores de los zapatos y que desde que murió su padre está mal de la cabeza.
Una vez Loli misma se equivocó con el ordenador. Yo quise ayudarla y me empujó para apartarme diciéndome: “quita anda, no me pongas nerviosa que en 30 años que llevo aquí me vas a decir tú a mí lo que tengo que hacer”. Me disculpé, claro, le pedí perdón por su ofensa al querer ayudarla. Otro día no paraba de repetirme “Yésica con lo que estás aprendiendo aquí nos vas a tener que pagar tu a nosotros en vez de nosotros a ti”, entre risas.
Mi compañera Natalia, de la tienda del C.C. Nevada, se quiso ir de la empresa por las condiciones y el pago y fue con una carta de su abogada para que le firmara. Loli le dijo que no lo firmaba, que dijera que se iba por problemas familiares, y su contestación fue “no, Loli, es que yo no me voy por eso; tú sabes por lo que me voy”. Y no voy a mentir: se la llevó al almacén y le ofreció mas dinero y le prometió que se lo pagaría el mismo día 1 todos los meses y que no se lo dijera a sus compañeras.
Para terminar, y por si fuera poco, cuando finalizo el contrato me presionan para que firme, y firmo “no conforme”, porque no me dejan ni contar la cantidad que me dan como finiquito, que, evidentemente, era menor de lo que me correspondía. Compañerxs del sindicato fueron a hablar con Patricia Villanueva, aunque les atendió Loli, para pedirle el dinero que se me debe. Para nuestra sorpresa, Patricia Villanueva, que, por cierto, no coincidió con lxs compas que fueron, ponen un denuncia falsa alegando amenazas a la tienda y a las hijas de Patricia. De testigo de esta visita, está otra de las trabajadoras, Helena.
La tarde del 22 de marzo, el sindicato ha hecho un piquete informativo, pidiendo lo que me deben y yo he asistido por reclamar algo que me pertenece. En el trascurso del acto, me encuentro a Patricia frente a nosotrxs con su hija y con el móvil grabándonos como si fuésemos delincuentes por defender mis derechos y de mis compañeras (ahí, por cierto, demuestra el miedo que tiene con sus hijas cuando se pone delante a grabar con ella al lado). Después viene Loli ,cruzando el paso peatonal, y me acusa delante de mis compañerxs del sindicato y de las personas que por allí pasaban de robar dinero de su monedero. Como se puede ver, esta gente no tiene vergüenza ninguna para mentir. En esa tienda y en todas hay cámaras con audífonos, y sé que los audífonos son ilegales, pero igualmente se podrían ver y escuchar todas las grabaciones y ver que jamás he robado nada y ya sí se vería cómo ella me empuja insulta y me da voces en diferentes ocasiones, como he relatado.
Hoy quiero dejar todo escrito porque quiero que se sepa que trabajar en Patricia Villanueva es lo peor que me ha podido pasar laboralmente ya que he perdido entre otras cosas más de 8 kilos en 6 meses por estrés, cansancio físico y psicológico y por ver tanta injusticia con mentiras y fraudes en mi caso. Por no hablar de todo el dinero que aún se me debe.
Un cordial saludo y espero que de una vez se haga justicia, gracias.
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